Fabiola Méndez/Myriam Nuñez
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha manifestado que el embarazo no parece poner a la mujer en un riesgo mayor de contraer una enfermedad severa por la COVID-19, en comparación con la población general. De hecho, aún no hay muchos datos sobre cómo la COVID-19 afecta al feto durante el embarazo.
De acuerdo con Teresa Monjarás Rodríguez, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, socialmente el embarazo es un proceso feliz pero implica también cambios hormonales, lidiar con el quehacer del hogar, el miedo si se es primeriza, el cuidado de otros hijos y la expectativa del cambio corporal que, aunado al contexto actual de pandemia, todo suma como situación estresante que va a vivir la mamá. “A mayor estrés será más difícil para la mamá, ya que impide que se desarrolle el vínculo entre ella y su bebé porque está enfocada en otros factores estresantes”.
Para la especialista en psicología clínica y salud de la FP, los padres son importantes en la vida de un bebé, quien es capaz de captar los sonidos y estímulos del exterior desde la vida uterina, por ello la importancia de crear un vínculo con la madre.
Aproximadamente a partir de la semana 20 de gestación el feto oye y siente, refirió, por ello, es importante que las madres hablen con sus bebés en esta etapa de la vida intrauterina para iniciar este vínculo y desarrollarlo para evitar el apego inseguro y la sobreprotección del hijo.
En ese contexto, comentó que el parto y el embarazo no sólo es el proceso del bebé que va a nacer, sino también el deseo de ser madre, se van creando expectativas del bebé. “Hay que ser empáticos con las mujeres embarazadas, es importante el apoyo social y se sugiere usar las redes sociales para tener contacto con familiares y amigos para ser escuchadas cuando hay cúmulo de emociones”.
Si antes del embarazo podían sentir alegría, miedo, ansiedad, tristeza y soledad, en esta situación tan difícil algunas manifiestan culpa. Hasta cierto punto son sentimientos normales y se sugiere que no se critiquen sus acciones ni sentir, sino validar esos sentimientos, “que sientan esas emociones es normal”.
Por ello, si se vive o se conoce alguna mujer embarazada hay que establecer redes de apoyo con sus padres y amigos. Si hay una mayor colaboración de su entorno social los sentimientos negativos serán menores, también se recomienda cuidar la alimentación y las horas de sueño.
En situaciones como la que estamos viviendo hay que encontrar estrategias adaptativas para afrontarlas, como practicar yoga o hacer ciertos ejercicios de respiración que disminuyen el estrés; tener una rutina saludable, buscar apoyo profesional cuando sea necesario y poner atención a las alertas que las otras personas noten. “Debemos aprender a escuchar nuestro cuerpo, es normal llegar a sentir miedo, culpa o tristeza, pero no es normal que estos sentimientos generen afectaciones con el ambiente o que ya no me desempeñe como antes en el área laboral o profesional”.
Finalmente, señaló que la estabilidad emocional se refleja en el actuar, cada individuo es diferente y cada uno debe buscar las estrategias de relajamiento adaptativas para sobrellevar la pandemia, no hay que luchar contra las emociones, sino entenderlas.