Fabiola Méndez
La crisis que enfrenta India es un caso que ilustra los riesgos de relajar las medidas de cuidado ante la COVID-19, que es una enfermedad muy contagiosa, aseguró Cristina Rosas González, doctora en relaciones internacionales por la UNAM.
De acuerdo con la especialista en Estudios Latinoamericanos, desde el pasado mes de marzo crecieron los casos de contagios en India. Tiene más de 20 millones de casos positivos y ocupa el tercer lugar en número de defunciones.
India es un país más pequeño que China, pero similares en demografía y albergar a mil 300 millones de personas no es nada sencillo. “Esto explica que haya tantos contingentes de población que pueden contagiarse con facilidad”, afirmó la también profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
La crisis que vive el país asiático se deriva de la irresponsabilidad de las autoridades estatales, por ejemplo, en Bengala occidental donde hay un proceso electoral en marcha, permitieron que se hicieran mítines políticos, lo que abonó a la propagación de la enfermedad.
En ese contexto, a pesar de que India es la “farmacia del mundo” llama la atención la lentitud con la que progresa la vacunación. Hasta ahora se habla de 130 millones de dosis, lo que equivale al 10 por ciento de la población. Se ha aplicado a trabajadores del sector salud, médicos y enfermeros de primera línea, así como a personas con comorbilidades.
Cristina Rosas enfatizó que India es un territorio importante para la producción de vacunas y que la crisis sanitaria esté progresando de la manera en que lo hace, pone en peligro la posibilidad de que abastezca de vacunas a la comunidad internacional. La producción de la vacuna rusa Sputnik V, manufacturada en India, ha sido suspendida, “esto es una mala noticia para los países destinatarios de vacunas que son producidas en India”.