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La Organización Mundial de la Salud alertó de las consecuencias que puede tener el “nacionalismo de las vacunas” y pidió a los países que se unan al “acelerador” que ha lanzado el organismo por ser el único que puede garantizar una distribución “justa y equitativa”.
La iniciativa conocida como ACT (por sus siglas en inglés) incluye un portafolio más amplio del mundo, con nueve vacunas candidatas que están en las fases 2 o 3 de los ensayos. Además, hay 50 pruebas de diagnóstico en evaluación.
El director general de la OMS defendió que la iniciativa es más segura para los Gobiernos, porque “escoger a un ganador es una apuesta cara y arriesgada” ya que “la mayoría de las vacunas en las primeras fases de desarrollo fracasan”.
“Cuando se encuentre una nueva vacuna que funcione, la demanda será mayor que la oferta. Un exceso de demanda y competencia está ya creando “nacionalismo de vacunas” y el riesgo de que se disparen los precios. Este es el tipo de fallos del mercado que solo se pueden resolver con solidaridad global, inversión desde el sector público y compromiso”, dijo el doctor Tedros Adhanon Gebreyesus.
La iniciativa necesita 31.300 millones de dólares de inmediato, una cantidad que palidece en comparación con los diez billones de dólares que han gastado los países del G20 en estímulos fiscales contra las consecuencias de la pandemia, remarcó Tedros.
El doctor Bruce Aylward, asesor senior de la OMS, subrayó además que se necesita un “paquete integral de medidas” porque la “vacuna no estará aquí mañana y el coronavirus está aquí hoy”. “Todos queremos una bala de plata, pero tenemos que asegurarnos de que tendremos varias. Necesitamos pruebas de diagnóstico más rápidas y mejores, necesitamos tratamientos y vacunas, porque puede que no todo el mundo reciba la vacuna o que no siempre funcione. Así que necesitamos las otras herramientas ahora”.